sábado, 22 de enero de 2011

Laminas de Apoyo












Perspectiva Terriotorial: Evolucion Historica, Dinamica Heredada, Politica Territorial, Ejes de Integracion y Desarrollo


Perspectiva territorial: Evolución histórica, dinámica hereda y política territorial
Evolución Histórica
Como ya se señaló anteriormente, existe una marcada relación entre las características físicas de un país y las de su población. Esta relación implica que se den de manera paulatina, cambios y diferenciaciones en los elementos integrantes del espacio geográfico de cualquier país, produciéndose dichos cambios en la medida en que los grupos humanos van desarrollando distintas actividades que van modificando el hábitat en que esos grupos se desenvuelven.
En el caso venezolano, el estudio del proceso de diferenciación del espacio geográfico permite observar dos patrones diferentes de diferenciación, que corresponden a dos momentos históricos también distintos; es posible entonces señalar dos patrones de diferenciación a partir de los cambios que se dan en la Venezuela del siglo XX.
Luego de iniciado el proceso de conquista y colonización del territorio que hoy día conforma Venezuela y hasta inicios del siglo XX, la diferenciación y organización del espacio geográfico nacional estuvo condicionada por las exigencias de la agricultura y la ganadería, pues ambas representaron por más de tres siglos las principales actividades económicas desarrolladas en Venezuela; el impacto de esas actividades significó la diferenciación del espacio venezolano en tres importantes y extensos
dominios.
En el siglo XX, el inicio de la actividad petrolera cambia de manera definitiva la estructura económica venezolana, y con ello el proceso de diferenciación del espacio geográfico, al transformar de manera considerable el paisaje y la geografía del poblamiento
venezolano.
Un elemento clave en el proceso de diferenciación del espacio durante el siglo XX está representado por el aumento de los ingresos fiscales del Estado venezolano, hecho asociado también con la explotación petrolera. Desde inicios del siglo XX, el Estado venezolano contó con una cada vez mayor afluencia de recursos provenientes de los pagos hechos al fisco por las compañías extranjeras encargadas del negocio petrolero; estos recursos permitieron la planificación de importantes proyectos de infraestructura que transformaron en pocos años varias regiones del país, entre las que se destacan:

  • La cuenca del lago de Maracaibo y los estados Anzoátegui, Monagas y Barinas; estos territorios sufrieron una profunda transformación de su paisaje geográfico.
  • En las costas venezolanas se establecieron nuevos puertos destinados a la exportación de petróleo; así surgen los puertos de Guanta, Amuay, las Piedras.
  • Áreas tradicionalmente dedicadas a la actividad pesquera, como por ejemplo Puerto la Cruz y distintas poblaciones del estado Falcón, pasaron a depender de la actividad petrolera, con los cambios que dicha actividad implicó para el espacio geográfico.
  • En muchas regiones de Venezuela se fundaron nuevos poblados, asociados a la explotación de petróleo; fue así como se crearon poblados como Caripito, el Tigre, Judibana, Anaco, etc. Este hecho es de especial importancia, pues en Venezuela no ocurrían nuevas fundaciones desde finales del siglo XVIII.
El Petróleo y la Diferenciación del espacio Geográfico venezolano:
Si bien todas las actividades económicas han incidido en mayor o menor grado en el proceso de diferenciación del espacio geográfico venezolano, merece mención aparte el
papel jugado por la industria petrolera  en éste proceso, pues dicha industria impulsó la penetración de la sociedad venezolana hacia áreas históricamente despobladas; además de ello, la enorme infraestructura requerida para la producción y comercialización del crudo venezolano, dotó por primera vez al paisaje venezolano, de rasgos propios de un paisaje industrial, lo cual constituyó una gran novedad para una sociedad que por casi cinco siglos se dedicó a la agricultura.
Dinamica heredada
En este sentido, la dinámica urbano-regional del territorio venezolano ha seguido,
desde mediados del siglo pasado, un patrón de ocupación concentrado,
desequilibrado y polarizado, cuya expresión actual muestra fuertes desigualdades
interregionales, generando importantes problemas sociales y ambientales.
Las grandes concentraciones urbanas de la zona centro-norte-costera, localizadas
en zonas de vulnerabilidad y riesgo, constituyen el “sistema central
de ciudades” del país, donde los centros urbanos contienen grandes cinturones
de miseria y asentamientos humanos no regulados, que carecen de adecuados
equipamientos y servicios y concentrando a la población. De este modo, las actividades
económicas se han generando bajo características sociodemográficas,
pautas de trabajo, ahorro y consumo que producen patrones de desigualdad, vulnerabilidad
social y exclusión, lo que ha requerido y seguirá requiriendo de elevadas
inversiones para satisfacer sus necesidades (dotación de agua, energía,
transporte, telecomunicaciones), lo que tiende a limitar y retardar el desarrollo de
otras zonas.
La tenencia de la tierra improductiva, que en lo rural se manifiesta a través del
latifundio, y en lo urbano a través de las parcelas intraurbanas vacías y las tierras
periurbanas en espera de ser incorporadas a la poligonal urbana, son factores,
son rémoras de una sociedad rentista contrapuesta a los objetivos de inclusión
social y productiva.
El impacto de las actividades humanas actuales pone en riesgo la capacidad
de carga de la zona centro-norte-costera y son precisamente los pobres los más
afectados por la degradación ambiental. Es imperante prestar atención al calentamiento
global dada sus extensas costas y el incremento que eso representa
para el nivel de sus aguas.
La biodiversidad nacional es una de las más altas del mundo y cuenta con
abundantes recursos hídricos fuera de la zona norte costera donde muchos de
sus espacios naturales se encuentran prácticamente intocados. Asimismo, cuenta
con un alto número de zonas protegidas.
La estructura socio-territorial actual se ancla sobre cargas históricas inerciales,
rugosidades estructurales y funcionales que definen el marco de potencialidades
y restricciones históricas para los agentes de desarrollo, actores políticos y
fuerzas sociales. La modificación de la estructura territorial se inscribe en un horizonte
temporal de mediano y largo plazo, requiriéndose esfuerzos sostenidos y
coherentes de gestión pública, planificación estratégica y movilización de actores
políticos y fuerzas sociales con una visión geoestratégica compartida en función
de lograr un nuevo sistema económico-productivo, diversificado e integrado, tanto
funcionalmente como territorialmente, así como la inclusión social a través de la
incorporación de espacios y actividades productivas bajo regímenes de producción
social, cooperativos, asociativos y solidarios donde la participación protagónica
y corresponsable signe las nuevas relaciones de producción cuyos resultados
sean acumulables y favorezcan la modificación de los patrones de asentamiento.
En conclusión, pude afirmarse que el inicio de la era petrolera introdujo cambios profundos en la tradicional economía rural venezolana y entre otras consecuencias inmediatas, generó el aumento continuo de los ingresos fiscales y por ende, del poder del gobierno; una migración de pobladores rurales hacia la capital del país y demás ciudades cercanas a las zonas petroleras y un progresivo cambio de la población a formas de organización social, que hasta entonces eran, si no desconocidas, por lo menos limitadas a un reducido segmento de la sociedad venezolana.
Politica territorial
Comprende la materialización de nuevas relaciones socio-territoriales que
conformarán tejidos signados por la integración, cooperación, complementariedad
y por espacios ciudadanos de inclusión social. Sustentada, por un lado, en
ejes que articularán centros intermedios y espacios productivos del país y, por el
otro, en una nueva dinámica urbana y rural que desarrollará diversificación productiva,
extensión de las cadenas de agregación de valor nacional e intercambio
social, cultural y político. Esto producirá importantes sinergias a nivel nacional y
con América Latina y el Caribe, en un marco de soberanía territorial.
La nueva dinámica socio-productiva será potenciada por la sinergia territorial
alcanzada por la integración y articulación, a partir del Eje Norte-Llanero como
auténtico canal de integración interregional junto a los ejes de desconcentración
Occidental, Oriental y Orinoco-Apure.
De esta manera, el impulso del Eje Norte-Llanero fomentará la articulación
de los demás ejes junto a la acción de las fuerzas desconcentradoras que
permitirán el cambio sustancial de la dinámica socio-territorial venezolana, impulsando
y reforzando los centros poblados intermedios. El Eje Norte-Llanero,
por su potencialidad de articulador socio-territorial endógeno, se constituye
en una verdadera bisagra estratégica del desarrollo regional, contribuyendo a
romper la dinámica dependiente y rentista heredada, base de gran parte de las
causas que obstaculizaron históricamente el despliegue de nuestras potencialidades
para alcanzar mayores niveles de satisfacción y justicia social para los
venezolanos.
Ejes de integración y desarrollo
En este marco propuesto para acelerar la conformación de la nueva estructura
socio territorial son importantes los siguientes aspectos:
• Profundizar la integración nacional, independencia, soberanía y equidad
socio-territorial, a través de ejes y regiones de desconcentración. El
Eje Norte-Llanero constituye el eje de integración y desarrollo principal.
• Promover la integración territorial de la nación mediante los corredores
de multimodales de infraestructuras (transporte carretero, ferroviario y
fluvial, electricidad, gas, telecomunicaciones).
• Mejorar la infraestructura para favorecer la integración geoestratégica
con América Latina y el Caribe.
• Aprovechar las potencialidades y fortalezas socio-territoriales generando
sinergias entre regiones subnacionales, favoreciendo el modelo
productivo de desarrollo endógeno orientado por el Socialismo
del siglo XXI.
• Desconcentrar actividades económicas, asentamientos poblacionales
y equipamientos garantizando el mejoramiento de las condiciones de
vida en el proceso de desarrollo territorial, con especial énfasis en las
áreas fronterizas y en las áreas de engranaje entre ejes de desconcentración.
• Consolidar el sistema nacional de telecomunicaciones como instrumento
para avanzar en la inclusión social y para el fortalecimiento de
la democracia participativa y la formación ciudadana.
• Garantizar que las telecomunicaciones formen parte de la promoción y
defensa de la soberanía nacional.
• Conformar redes de conocimiento que creen condiciones propicias
para la innovación con América Latina de manera favorezcan una mayor
autonomía regional y que incremente la competitividad nacional.
• Proteger los sistemas ambientales para conservar el agua potable y la
biodiversidad, reduciendo a la vez el impacto de la intervención humana
y recuperando los cuerpos de agua y suelos degradados.
• Planificar y gobernar el territorio asegurando la base de sustentación
ecológica a través de una nueva concepción de la planificación territorial
como proceso que integre las propuestas urbanas y rurales transformando los planes normativos a procesos dinámicos que ofrezcan
resultados a corto plazo dentro de una direccionalidad de largo plazo.
• Disminuir la vulnerabilidad de la población tomando en cuenta las zonas
de riesgo.
• Mejorar el hábitat de los principales centros urbanos y asentamientos
humanos con inclusión, justicia social, protagonismo popular y calidad
de vida preservando aquellas edificaciones que constituyen memoria
colectiva y aquellos terrenos de vocación agrícola en los centros poblados
que sufrirán mayor presión demográfica.
• Orientar y apoyar la prestación de servicios públicos con énfasis en
reducción del impacto ambiental.
• Rehabilitar áreas centrales deterioradas en los centros urbanos del
sistema central subnacional.
• Reforzar el sistema de ciudades intermedias.
• Alcanzar la complementariedad funcional entre ciudades intermedias
en el Eje Norte-Llanero.
• Promover la ciudad compacta, concentrada, articulada y autosustentable
basada en un patrón de alta densidad y baja altura, diseñada a
partir de espacios públicos generadores de ciudadanía con accesibilidad
para todos, donde la estructura urbana se base en sistemas de
transporte público masivo electrificados.
• Incrementar la eficiencia de nuestras ciudades mediante el consumo
racional de energía, creando metabolismo circular (incrementar el reciclaje,
recuperación y reutilización de los desechos sólidos así como
su tratamiento final), y logrando un crecimiento urbano continuo, eliminando
los desarrollos urbanísticos discontinuos, instaurar el impuesto
por mejoras derivado de la infraestructura primaria así como impuesto
predial destinado a activar la edificación de los terrenos vacíos dentro
de los centros poblados.
• Fortalecer la presencia del Estado en las Zonas de Integración Fronteriza,
con el fin de contribuir a reforzar la independencia y soberanía
nacional.

Lineas Estrategicas Enfoques: Modelo productivo socialista, Nueva geopolitica nacional y Venezuela potencia energetica mundial

Modelo productivo socialista
Enfoque
La producción en la búsqueda de lograr trabajo con significado se orientará
hacia la eliminación de la división social del trabajo, de su estructura jerárquica
actual y a la eliminación de la disyuntiva entre satisfacción de necesidad y producción
de riqueza.
El modelo productivo responderá primordialmente a las necesidades humanas
y estará menos subordinada a la reproducción del capital.
La creación de riqueza se destinará a satisfacer las necesidades básicas de
toda la población de manera sustentable y en consonancia con las propias exigencias
de la naturaleza en cada lugar específico.
El Estado conservará el control total de las actividades productivas que sean
de valor estratégico para el desarrollo del país y el desarrollo multilateral y de las
necesidades y capacidades productivas del individuo social.
Esto conlleva identificar cuál modo de propiedad de los medios de producción
está mayormente al servicio de los ciudadanos y quienes la tendrán bajo su pertenencia
para así construir una producción conscientemente controlada por los
productores asociados al servicio de sus fines.
a. Establecer un Modelo Productivo Socialista con el funcionamiento de
nuevas formas de generación, apropiación y distribución de los excedentes
económicos y una nueva forma de distribución de la renta petrolera,
lo que será el reflejo de un avance sustancial en el cambio de valores en
el colectivo, en la forma de relacionarse los individuos con los demás,
con la comunidad, con la naturaleza y con los medios de producción.
b. La dirección a seguir, por encima de lo urgente y lo inmediato, responderá
a las preguntas sobre cómo será posible:
• Cohesionar las fuerzas sociales en productores asociados, haciéndolas
responsables de prácticas productivas y administrativas autogestionadas.
• Sustituir la concentración y centralización de la toma de decisiones por
una genuina autonomía descentralizada que alcance hasta las comunidades
locales.
c. El Modelo Productivo Socialista estará conformado básicamente por las
Empresas de Producción Social, que constituyen el germen y el camino
hacia el Socialismo del Siglo XXI, aunque persistirán empresas del Estado
y empresas capitalistas privadas.
d. Son Empresas de Producción Social (EPS) las entidades económicas
dedicadas a la producción de bienes o servicios en las cuales el trabajo
tiene significado propio, no alienado y auténtico, no existe discriminación
social en el trabajo y de ningún tipo de trabajo, no existen privilegios en el
trabajo asociados a la posición jerárquica, con igualdad sustantiva entre
sus integrantes, basadas en una planificación participativa y protagónica.
e. En las EPS los trabajadores se apropiarán del excedente económico resultante,
que se repartirá en proporción a la cantidad de trabajo aportado;
la gestión será democrática y participativa y el peso relativo de la
participación será con base en la persona y no con base en el capital
aportado.
f. Las EPS surgirán a partir de la multiplicación y crecimiento de experiencias
exitosas de unidades asociativas existentes, de las que se establecen
como resultado de la acción del Estado, y de la transformación de
empresas del Estado o de empresas capitalistas privadas en EPS.
g. La nueva forma de generación y apropiación de los excedentes económicos
será productivamente eficiente y productora de bienes y servicios
de calidad, de tal modo que compitan exitosamente con las empresas
privadas capitalistas del país y de los otros países con los cuales se intercambian
bienes y servicios.
h. Operará un tejido productivo entre las EPS, interconectado, que progresivamente
abarcará el mayor número de actividades económicas, complementándose
y apoyándose para beneficio colectivo de la comunidad
y del pueblo en su conjunto.
i. La empresa del Estado dedicada a la explotación de los hidrocarburos,
dada su extraordinaria capacidad de compra y contratación, alcanzará
un papel fundamental en el desarrollo de las EPS, delegando progresivamente
actividades productivas específicas en ellas, de acuerdo con el nivel
de complejidad que requieren las tareas y las capacidades desarrolladas
en el país y fomentando nuevas EPS que la conecten orgánicamente
con el tejido productivo nacional. Otras empresas del Estado productoras
de bienes básicos participarán de las características indicadas para la
empresa estatal de los hidrocarburos.
j. Las demás empresas del Estado se transformarán en EPS mediante diversas
estrategias aplicadas según las características propias de los proLÍNEAS

cesos productivos, de las condiciones económicas y del desarrollo organizativo
de los trabajadores.
k. Se avanzará sustancialmente en la consolidación del carácter endógeno
de la economía, mediante la utilización progresiva de los recursos del
país, con visión de futuro y respeto a las generaciones por venir, y dando
prioridad a la satisfacción de las necesidades del país.
l. Se desarrollarán los encadenamientos internos de las actividades económicas
fundamentales, principalmente las basadas en la existencia de
materias primas y recursos naturales en el país, con la finalidad de potenciar
la capacidad interna de producción de bienes y servicios.
m. Se diversificará el potencial exportador de bienes y servicios, una vez satisfechas
las demandas internas, principalmente de aquellos basados en
la existencia de materias primas y recursos naturales en el país, y con el
mayor grado de elaboración posible, en tanto lo aconsejen adicionalmente
las condiciones de los mercados externos. Para el comercio exterior,
se hará énfasis en la complementación de los intercambios.
n. Se dispondrá de una acumulación suficiente de reservas e ingresos fiscales
diversificados para enfrentar exitosamente las contingencias económicas.
o. Se hará un énfasis particular para impulsar el logro de un desarrollo tecnológico
interno que posibilite la autonomía relativa de las actividades
productivas y de servicios necesarias para alcanzar y sostener el desarrollo,
mediante el fortalecimiento de la capacidad de innovar, importar,
modificar y divulgar tecnologías orientadas primordialmente a la satisfacción
de las necesidades humanas que, a su vez, favorezcan el desarrollo
científico.
p. El desarrollo de un sistema de innovación se logrará mediante la consolidación
de una estructura socio-institucional y legal, de capital social, de
redes de agentes interesados, de conocimiento de las necesidades de la
sociedad, de las experiencias alcanzadas y de los recursos necesarios.
Contará con una cada vez mayor participación de los ciudadanos, para
que aumente el conocimiento, y se reduzcan drásticamente las diferencias
nacionales de acceso al mismo.
q. La investigación y la demanda del sector productivo deben acoplarse, con
el fin de abaratar costos, adaptarse a los nuevos mercados, aumentar la
calidad de los productos y servicios y lograr una producción nacional
eficiente. Es necesario que existan investigaciones científicas y tecnológicas
privadas, para generar innovación permanente y hacer eficiente al
sector privado nacional.
r. El desarrollo y fortalecimiento de la manufactura y los servicios se hará
principalmente con fundamento en las cadenas productivas con ventajas
comparativas, incluidas las basadas en los recursos naturales disponibles,
promoviendo el uso eficiente de los recursos y orientando la producción
en primer lugar a la satisfacción de las necesidades humanas.
Además de la industria energética, serán desarrollados con especial énfasis
la industria básica no energética, la producción de alimentos, la manufactura
en general, los servicios básicos para la población y en apoyo
a la producción, el turismo y otros.
s. En lo referente a la producción de alimentos, la base de la garantía de la
seguridad alimentaria será el desarrollo rural integral cuyo alcance trasciende
la actividad productiva agrícola, uno de cuyos componentes es
la producción de alimentos. La visión de la agricultura no se restringe a
lo alimentario, sino que incluye los cuatro subsectores: Vegetal, Animal,
Forestal y Pesquero, y la actividad agrícola está llamada a cumplir un importante
papel en la ocupación del territorio, la redistribución del ingreso
y el aporte de otras materias primas a la industria.
t. La soberanía alimentaria implica el dominio, por parte del país, de la capacidad
de producción y distribución de un conjunto significativo de los
alimentos básicos que aportan una elevada proporción de los requerimientos
nutricionales de la población.
u. Para el desarrollo de la capacidad interna de producción de alimentos,
aprovechando las capacidades propias del país, se elevará
sustancialmente la inversión productiva en la agricultura y particularmente
en materia de riego, saneamiento de tierras y vialidad rural.
v. Para compensar las desventajas propias de la actividad agrícola se tomarán
acciones en el ámbito nacional y en las relaciones internacionales. Entre
tales desventajas están la rigidez estructural de la oferta agrícola, la estructura
agroindustrial concentrada como demandante de materias primas
y proveedora de bienes de consumo intermedio y final, los subsidios a la
producción que utilizan los principales países exportadores y el sesgo importador
que se introduce por la abundancia relativa de divisas del país.
Nueva geopolítica nacional
Enfoque
En Venezuela, las actividades económicas han sido históricamente inducidas
desde los países hegemónicos del sistema mundial, estableciendo un modelo
económico altamente dependiente de intereses de poder favorables a la desnacionalización
y a la escasa diversificación productiva.
Por ello, el patrón de organización socio-territorial se ha dirigido hacia la costa
en la etapa agro-exportadora y, luego, hacia el subsistema central norte-costero
en la Venezuela petrolera, rasgo típico de una economía de puertos de carácter
extractiva, que privilegia la concentración en este subsistema, concentrando de
manera desigual y desequilibrada la distribución del ingreso petrolero en el territorio
nacional.
El modelo socio-territorial venezolano heredado es viva expresión de las relaciones
históricas de dependencia económica experimentadas, por lo que la desarticulación
estructural existente entre los sectores productivos y la economía
de puertos predominante, se expresa territorialmente en una escasa integración
interregional y en espacios integrados exclusivamente desde los puertos hacia la
extracción primaria o hacia los mercados conformados por los centros urbanos
que captan principalmente la renta petrolera.
En este sentido, la dinámica urbano-regional del territorio venezolano ha seguido,
desde mediados del siglo pasado, un patrón de ocupación concentrado,
desequilibrado y polarizado, cuya expresión actual muestra fuertes desigualdades
interregionales, generando importantes problemas sociales y ambientales.
Las grandes concentraciones urbanas de la zona centro-norte-costera, localizadas
en zonas de vulnerabilidad y riesgo, constituyen el “sistema central
de ciudades” del país, donde los centros urbanos contienen grandes cinturones
de miseria y asentamientos humanos no regulados, que carecen de adecuados
equipamientos y servicios y concentrando a la población. De este modo, las actividades
económicas se han generando bajo características sociodemográficas,
pautas de trabajo, ahorro y consumo que producen patrones de desigualdad, vulnerabilidad
social y exclusión, lo que ha requerido y seguirá requiriendo de elevadas
inversiones para satisfacer sus necesidades (dotación de agua, energía,
transporte, telecomunicaciones), lo que tiende a limitar y retardar el desarrollo de
otras zonas.
La tenencia de la tierra improductiva, que en lo rural se manifiesta a través del
latifundio, y en lo urbano a través de las parcelas intraurbanas vacías y las tierras
periurbanas en espera de ser incorporadas a la poligonal urbana, son factores,
son rémoras de una sociedad rentista contrapuesta a los objetivos de inclusión
social y productiva.
El impacto de las actividades humanas actuales pone en riesgo la capacidad
de carga de la zona centro-norte-costera y son precisamente los pobres los más
afectados por la degradación ambiental. Es imperante prestar atención al calentamiento
global dada sus extensas costas y el incremento que eso representa
para el nivel de sus aguas.
La biodiversidad nacional es una de las más altas del mundo y cuenta con
abundantes recursos hídricos fuera de la zona norte costera donde muchos de
sus espacios naturales se encuentran prácticamente intocados. Asimismo, cuenta
con un alto número de zonas protegidas.
La estructura socio-territorial actual se ancla sobre cargas históricas inerciales,
rugosidades estructurales y funcionales que definen el marco de potencialidades
y restricciones históricas para los agentes de desarrollo, actores políticos y
fuerzas sociales. La modificación de la estructura territorial se inscribe en un horizonte
temporal de mediano y largo plazo, requiriéndose esfuerzos sostenidos y
coherentes de gestión pública, planificación estratégica y movilización de actores
políticos y fuerzas sociales con una visión geoestratégica compartida en función
de lograr un nuevo sistema económico-productivo, diversificado e integrado, tanto
funcionalmente como territorialmente, así como la inclusión social a través de la
incorporación de espacios y actividades productivas bajo regímenes de producción
social, cooperativos, asociativos y solidarios donde la participación protagónica
y corresponsable signe las nuevas relaciones de producción cuyos resultados
sean acumulables y favorezcan la modificación de los patrones de asentamiento.
Las telecomunicaciones, junto con los sistemas de transporte, son instrumentos
esenciales para mejorar la accesibilidad de la mayor parte del territorio nacional
y, por tanto, son clave para incrementar una sinergia socioterritorial sustentable
en aras del avance en la inclusión social.
En esta nueva etapa, y bajo los lineamientos del Proyecto Nacional Simón Bolívar
(2007-2021), se establecerán las bases firmes para la transición hacia una
nueva organización socio-territorial coherente con el nuevo Socialismo del siglo
XXI. Los proyectos de inversión productiva en los ejes de desarrollo, la formación
de redes y de polos de desarrollo para integrar el territorio nacional, tomarán en
consideración la geocultura nacional y las bases ecológicas en el proceso de
ordenamiento racional de los recursos y del territorio. Mejorar las condiciones de
hábitat de los asentamientos humanos, (mejorar la salud, educación y servicios
públicos) sean pequeños, medianos o de gran escala y fortalecer las ciudades
intermedias. Se integrarán los sistemas de transporte y comunicaciones para
articular el territorio nacional mediante corredores multimodales de infraestructura
donde el sistema ferroviario nacional se convierta en el principal medio de
transporte. En este marco, el Eje Norte-Llanero constituye el eje de integración
y desarrollo principal para el periodo que articulará a los demás ejes de desconcentración
(ejes Occidental, Oriental y Apure-Orinoco).
Ejes de Desconcentración y Fachadas
En este orden de ideas, el Proyecto Nacional Simón Bolívar (2007-2021) propone,
de manera coherente, una visión geoestratégica que implica el planeamiento
integral y la asignación de medios para alcanzar la meta de un Desarrollo
Territorial Desconcentrado.
a. El Desarrollo Territorial Desconcentrado articulará la construcción y organización
espacial de un nuevo modelo socio-productivo endógeno, en el
cual emerjan nuevas relaciones sociales a través de unidades de producción
de carácter socialista, tales como las empresas de producción
social (EPS), las cooperativas y la producción asociativa, movilizando
nuevas potencialidades y capacidades endógenas, que se vinculan con
actividades económicas del sector público y privado, tanto nacional como
extranjero, con el fin de mejorar la calidad de vida y equilibrar el patrón de
ocupación territorial.
b. El Desarrollo Territorial Desconcentrado se fundamenta en el desarrollo sustentable
y deberá partir del reconocimiento pleno de la estructura física,
socio - cultural, económica, institucional y ambiental actual, identificando
acciones que transformen las relaciones históricas de dependencia. Para
lograrlo se tomarán en consideración las políticas sectoriales que en el mediano
plazo tiendan a demostrarse articuladas para crear redes regionales
y destinadas a favorecer la permanencia de las actividades económicas y el
mejoramiento simultáneo de las condiciones de vida y sociales de la población,
en particular de aquella tradicionalmente excluida.
c. El Desarrollo Territorial Desconcentrado será alcanzado a través de la
movilización integral de patrimonios, recursos de poder y capacidades
endógenas de fuerzas sociales, agentes de desarrollo y actores políticos
que conforman el bloque histórico nacional-popular bolivariano a través
de la puesta en práctica de políticas de Estado coherentes con los principios
de integración territorial, cooperación, solidaridad, concurrencia y
corresponsabilidad entre los diferentes niveles de Gobierno y la sociedad,
organizada de manera protagónica y participativa en instancias constituidas
para tal fin.
d. El Desarrollo Territorial Desconcentrado promoverá la igualdad social, la justicia
y la solidaridad a través de zonas de desconcentración de actividades
económicas, de infraestructuras, vivienda, equipamientos y servicios que
generen efectos de atracción e incentivos para reforzar tanto el asentamiento
poblacional en el subsistema de ciudades intermedias del Eje Norte-Llanero,
para lograr una distribución equilibrada de la población cónsona con
la utilización de las capacidades productivas de nuestro territorio junto al
desarrollo de espacios incluyentes forjadores de ciudadanía.
e. Se construirá una estructura territorial en la que exista respeto ante la diversidad
regional natural e histórica, como elementos condicionantes de un
desarrollo sustentable y complementario, con miras no sólo a la presente,
sino también a las futuras generaciones.
f. El Desarrollo Territorial Desconcentrado involucra una gestión y administración
racional del ordenamiento territorial urbano regional a través de sus
diferentes niveles de Gobierno, el ordenamiento de tierras agrícolas, de las
áreas protegidas, Áreas bajo Régimen Especial, territorios indígenas y el
desarrollo sustentable del mar territorial y de otros espacios acuáticos, en
función de fortalecer la integración territorial y la soberanía nacional.
g. El Desarrollo Territorial Desconcentrado en su enfoque geoestratégico para
modificar la estructura socio-territorial de Venezuela ha identificado seis
ejes: el eje Norte-Costero, el eje Orinoco-Apure, el eje Occidental, el eje
Oriental y el eje Norte-Llanero, que constituye la bisagra estratégica entre
los anteriores. Además, para la integración regional suramericana, la extensión
corredor de infraestructura que privilegia al ferrocarril en el Eje Norte
llanero, podrá ser continuado como corredor de baja altura a lo largo de
toda la cordillera andina.
h. En los ejes de desconcentración se dará impulso a las actividades productivas
con ventajas de localización y aglomeración con énfasis en aquellas
que apunten a la soberanía alimentaria y la industria transformadora orientada
a la producción de bienes de capital, intermedios y de consumo final.
En este marco propuesto para acelerar la conformación de la nueva estructura
socio territorial son importantes los siguientes aspectos:
• Profundizar la integración nacional, independencia, soberanía y equidad
socio-territorial, a través de ejes y regiones de desconcentración. El
Eje Norte-Llanero constituye el eje de integración y desarrollo principal.
• Promover la integración territorial de la nación mediante los corredores
de multimodales de infraestructuras (transporte carretero, ferroviario y
fluvial, electricidad, gas, telecomunicaciones).
• Mejorar la infraestructura para favorecer la integración geoestratégica
con América Latina y el Caribe.
• Aprovechar las potencialidades y fortalezas socio-territoriales generando
sinergias entre regiones subnacionales, favoreciendo el modelo
productivo de desarrollo endógeno orientado por el Socialismo
del siglo XXI.
• Desconcentrar actividades económicas, asentamientos poblacionales
y equipamientos garantizando el mejoramiento de las condiciones de
vida en el proceso de desarrollo territorial, con especial énfasis en las
áreas fronterizas y en las áreas de engranaje entre ejes de desconcentración.
• Consolidar el sistema nacional de telecomunicaciones como instrumento
para avanzar en la inclusión social y para el fortalecimiento de
la democracia participativa y la formación ciudadana.
• Garantizar que las telecomunicaciones formen parte de la promoción y
defensa de la soberanía nacional.
• Conformar redes de conocimiento que creen condiciones propicias
para la innovación con América Latina de manera favorezcan una mayor
autonomía regional y que incremente la competitividad nacional.
• Proteger los sistemas ambientales para conservar el agua potable y la
biodiversidad, reduciendo a la vez el impacto de la intervención humana
y recuperando los cuerpos de agua y suelos degradados.
• Planificar y gobernar el territorio asegurando la base de sustentación
ecológica a través de una nueva concepción de la planificación territorial
como proceso que integre las propuestas urbanas y rurales transformando los planes normativos a procesos dinámicos que ofrezcan
resultados a corto plazo dentro de una direccionalidad de largo plazo.
• Disminuir la vulnerabilidad de la población tomando en cuenta las zonas
de riesgo.
• Mejorar el hábitat de los principales centros urbanos y asentamientos
humanos con inclusión, justicia social, protagonismo popular y calidad
de vida preservando aquellas edificaciones que constituyen memoria
colectiva y aquellos terrenos de vocación agrícola en los centros poblados
que sufrirán mayor presión demográfica.
• Orientar y apoyar la prestación de servicios públicos con énfasis en
reducción del impacto ambiental.
• Rehabilitar áreas centrales deterioradas en los centros urbanos del
sistema central subnacional.
• Reforzar el sistema de ciudades intermedias.
• Alcanzar la complementariedad funcional entre ciudades intermedias
en el Eje Norte-Llanero.
• Promover la ciudad compacta, concentrada, articulada y autosustentable
basada en un patrón de alta densidad y baja altura, diseñada a
partir de espacios públicos generadores de ciudadanía con accesibilidad
para todos, donde la estructura urbana se base en sistemas de
transporte público masivo electrificados.
• Incrementar la eficiencia de nuestras ciudades mediante el consumo
racional de energía, creando metabolismo circular (incrementar el reciclaje,
recuperación y reutilización de los desechos sólidos así como
su tratamiento final), y logrando un crecimiento urbano continuo, eliminando
los desarrollos urbanísticos discontinuos, instaurar el impuesto
por mejoras derivado de la infraestructura primaria así como impuesto
predial destinado a activar la edificación de los terrenos vacíos dentro
de los centros poblados.
• Fortalecer la presencia del Estado en las Zonas de Integración Fronteriza,
con el fin de contribuir a reforzar la independencia y soberanía
nacional.
Comprende la materialización de nuevas relaciones socio-territoriales que
conformarán tejidos signados por la integración, cooperación, complementariedad
y por espacios ciudadanos de inclusión social. Sustentada, por un lado, en
ejes que articularán centros intermedios y espacios productivos del país y, por el
otro, en una nueva dinámica urbana y rural que desarrollará diversificación productiva,
extensión de las cadenas de agregación de valor nacional e intercambio
social, cultural y político. Esto producirá importantes sinergias a nivel nacional y
con América Latina y el Caribe, en un marco de soberanía territorial.
La nueva dinámica socio-productiva será potenciada por la sinergia territorial
alcanzada por la integración y articulación, a partir del Eje Norte-Llanero como
auténtico canal de integración interregional junto a los ejes de desconcentración
Occidental, Oriental y Orinoco-Apure.
De esta manera, el impulso del Eje Norte-Llanero fomentará la articulación
de los demás ejes junto a la acción de las fuerzas desconcentradoras que
permitirán el cambio sustancial de la dinámica socio-territorial venezolana, impulsando
y reforzando los centros poblados intermedios. El Eje Norte-Llanero,
por su potencialidad de articulador socio-territorial endógeno, se constituye
en una verdadera bisagra estratégica del desarrollo regional, contribuyendo a
romper la dinámica dependiente y rentista heredada, base de gran parte de las
causas que obstaculizaron históricamente el despliegue de nuestras potencialidades
para alcanzar mayores niveles de satisfacción y justicia social para los
venezolanos.
Venezuela potencia energética mundial
Enfoque
El acervo energético que posee nuestro país posibilita el logro de una estrategia
de desarrollo nacional que combine el uso soberano del recurso natural con
la integración energética regional y mundial favorable a este proyecto nacional,
convirtiendo a nuestro país, en el mediano plazo, en una potencia energética con
influencia mundial.
Debido al creciente aumento de la demanda de energía fósil en el mundo y
a la magnitud de las reservas de esas materias primas que posee, el petróleo
continuará teniendo una influencia significativa en el futuro de Venezuela. El
petróleo será decisivo más allá del horizonte del programa para la captación de
recursos del exterior, la generación de inversiones productivas internas, la satisfacción
de las propias necesidades de energía y para el apoyo al surgimiento
y consolidación del nuevo modelo productivo. Lo anterior, y el hecho de que la
riqueza natural del país es patrimonio de todos los venezolanos, hacen indispensable
que las actividades medulares de la industria de los hidrocarburos
continúen en poder del Estado Venezolano.
La demanda mundial de energía de origen fósil mantendrá su participación en
la demanda total de energía y se profundizará su tendencia al mayor crecimiento
en el Asia y, particularmente, en China e India. Se manifestará también un fuerte
crecimiento de la demanda en Sudamérica y una disminución relativa del crecimiento
de la demanda en Norteamérica. Sin embargo, dada su magnitud absoluta,
la satisfacción de la demanda de hidrocarburos de Estados Unidos continuará
teniendo la mayor participación en la oferta venezolana. Todo lo anterior, junto a
consideraciones de naturaleza geopolítica, fundamenta una revisión de la estructura
del mercado petrolero venezolano.
Dado el crecimiento de la demanda mundial del petróleo todo indica que,
para su satisfacción, crecerá más aceleradamente la producción de petróleos
no convencionales, particularmente de petróleos más pesados, lo que otorga a
Venezuela una ventaja adicional debido a que la mayor parte de sus reservas
están constituidas por petróleos con esas características. La elevación del nivel
de precios del petróleo en el mercado mundial ha hecho económica y financieramente
factible la extracción de petróleos más pesados. La producción de
petróleo en el mundo en el largo plazo se concentrará más en los países que
hoy son parte de la Organización de Países Exportadores de Petróleo.
A pesar de que han aumentado las probabilidades de que se mantenga una
tendencia irreversible al alza de los precios del petróleo crudo y del gas natural,
no se debe perder de vista los requerimientos del desarrollo del país y la eventual
persistencia de cierta volatilidad de los precios, que hacen imperativo el desarrollo
de una estrategia para diversificar tanto como sea posible las fuentes de
recursos fiscales.
Frente a un mundo en desarrollo, hambriento de energía, no podemos negarnos
a producirla, aunque sí podemos y debemos condicionar la producción de
acuerdo a nuestros intereses nacionales. Más aún, debemos fomentar alianzas
que nos permitan desarrollar no sólo las actividades de producción sino el resto
de las actividades subsiguientes, de refinación y de petroquímica.
El petróleo, como recurso natural, no sólo puede considerarse una fuente rentística
extraordinaria, sino que también puede considerarse una palanca poderosa
de desarrollo industrial que va más allá de su extracción y que abarca las actividades
subsiguientes, es decir, primero la refinación y luego la petroquímica.
No sólo es ésta de por sí una política de desarrollo, sino también una estrategia
geopolítica. Es mucho más fácil sustituir el petróleo crudo o el gas natural,
que los derivados finales o los productos petroquímicos. Convertir a Venezuela
en un centro mundial de refinación y en una potencia petroquímica es otra garantía
más – y una garantía muy importante – en la defensa de nuestra soberanía
nacional.
La soberanía nacional nunca constituye una conquista definitiva; la soberanía
siempre hay que defenderla, o se corre el riesgo de perderla. La soberanía
de un país con la riqueza natural de hidrocarburos como el nuestro, siempre
está amenazada. Pero también constituye el petróleo, potencialmente, un arma
poderosa de defensa. La mejor defensa, sin lugar a duda, es desarrollar esta
riqueza, y desarrollarla plenamente en todas sus fases, dentro y fuera del territorio
nacional.
De manera que, necesariamente, la política de Plena Soberanía Petrolera es
una política internacional, de alianza con todos aquellos países – la gran mayoría
– que insisten en desarrollarse como naciones, y no aceptan marginarse en un
mundo supuestamente globalizado.
El consumo de hidrocarburos de origen fósil ha estado vinculado con patrones
industriales y de consumo depredadores del medio ambiente, El modo de
producción capitalista no sólo estratifica a los seres humanos en categorías
sociales irreconciliables, sino que impone un uso irracional y ecológicamente
insostenible de los recursos naturales. El capitalismo ha socavado las condiciones
de vida en la Tierra. El impacto de las actividades humanas ha superado
con creces la capacidad de carga del planeta, y son precisamente los pobres
los que se ven más afectados por la degradación ambiental. La producción y el
uso de los recursos petroleros y energéticos deben contribuir a la preservación
del ambiente.
En cuanto al potencial hidroeléctrico, se pueden distinguir dos dimensiones a
ser superadas: primero, es necesario incrementar la capacidad de generación de
energía hidroeléctrica y, al mismo tiempo, promover la producción termoeléctrica
basada en el aprovechamiento de otro recurso en el cual poseemos ventajas
como es el gas. En segundo lugar, es necesario fortalecer y desarrollar la ampliación
y distribución de la energía hidroeléctrica.
a. La industria petrolera se orientará a profundizar la política de maximización
de la captación de la renta en todas las fases del proceso y a
fortalecer la participación fiscal en los ingresos, mediante la mejora en
el perfeccionamiento de las alianzas estratégicas y en el proceso administrativo
interno, en particular, para hacer efectivo el establecimiento de
una nueva forma de distribución de la renta petrolera internacional.
b. La industria petrolera nacional deberá profundizar y ampliar más aceleradamente
su orientación al desarrollo endógeno, persiguiendo el agotamiento
de las posibilidades de generación de actividades económicas
en el país a partir de la explotación del recurso. Será prioritaria la inversión
para mantener e incrementar el nivel probado de las reservas y la
capacidad de producción; la inversión para la agregación de valor a los
productos de la extracción, tanto para satisfacer demanda interna como
para la exportación, y la inversión para la autosuficiencia en los insumos,
bienes, obras y servicios de toda naturaleza que requiere la industria de
los hidrocarburos.
c. Dado el evidente impacto de la actividad petrolera y de la utilización de
los hidrocarburos como fuente de energía en el ambiente en general y en
asentamientos humanos particulares, su producción y utilización deberán
contribuir de manera efectiva a la preservación y mejora del ambiente y
la calidad de vida de las comunidades directa e indirectamente afectados
en el país.
d. La industria petrolera nacional es corresponsable de primera línea en
la generación y crecimiento del nuevo modelo productivo, mediante el
fomento acelerado de unidades de la Economía Social en las actividades
económicas de producción de bienes y servicios y construcción de
obras en el país que le sirven de proveedores y a las cuales provee sus
productos.
e. Dada la privilegiada posición de la demanda de energía en el mundo y
los recursos del país, la economía de los hidrocarburos deberá seguir teniendo
un papel relevante en la política internacional de Venezuela para
el fortalecimiento de relaciones multipolares en el planeta y, en particular,
para la política de integración latinoamericana y caribeña.
f. La necesidad de sostener los costos de producción y de orientar sus actividades
al desarrollo endógeno, hace obligante privilegiar la inversión y las
actividades relativas a la investigación y al desarrollo tecnológico en todos
los campos que tienen relación con la producción de hidrocarburos, con la
producción de sus insumos y con la transformación de sus productos.
g. En cuanto a la energía hidroeléctrica, la inversión en conjunto de grandes
proyectos aumentará la demanda de energía eléctrica en Guayana, pero
la mayor parte de los nuevos grandes proyectos de desarrollo productivo
y transporte en el mediano y largo plazo, no se ubicarán en esa región
sino en otras con ventajas comparativas como el eje Norte - Llanero.
h. La satisfacción del déficit coyuntural interno de gas en el occidente del
país para la producción petroquímica, así como su utilización para la generación
de energía eléctrica, para atender el crecimiento del consumo
doméstico, para las necesidades de la misma producción de petróleo,
para su exportación en forma de licuado y para el transporte, obliga a
mantener un estricto seguimiento del balance entre las magnitudes de
las reservas, su producción y su utilización.
i. Para la creciente satisfacción de la demanda interna, la industria de la
energía eléctrica deberá hacer un importante esfuerzo en la ampliación
y mejora de la distribución de energía. En particular, las empresas del
Estado involucradas en la producción y distribución de energía eléctrica
deberán mejorar, sustancialmente, su eficiencia